miércoles, 16 de diciembre de 2009

La primer noche

Mi primer noche fue tan terrible que ya la olvidé. Mentira no la he olvidado completamente.

Cada tanto la recuerdo, y ya no se si lo que recuerdo es el recuerdo de aquella noche o el recuerdo del recuerdo.
Cómo saber si mis memorias tienen que ver con lo que realmente pasó en aquel momento, ¿Quién sabe?. ¿cómo saberlo? ¿Importa acaso?

Los recuerdo que me llegan cada tanto como una estampida eléctrica, semejante a esas olas gigantes del mar. Inmensas. No hay nada que hacer más que acurrucarse de algo firme y aguantar.

Los que más miedo me dio aquella noche fue la crueldad con la que se llevaba los colores. No como esos ladrones elegantes, distinguidos que consiguen las cosas antes que uno pueda percibirlo.
La noche no, lo iba arrancando lentamente de la tierra, como enseñándote que ella tenía el poder.
Enseñándome que cada vez que saliera, juntaría los colores con la misma inocencia que un niño junta sus marionetas después de juguetear.

Al principio me pareció increíble como los tonos iban arrastrándose como víboras, hasta que no quedó ninguno mas que la luna y su soledad posando en el alto cielo que hasta hacia unos momentos brillaba en celeste.

Literalmente la noche había arrancado de mis ojos todos los colores.
Cuando quise acordar se había llevado mi sombra, mi camino de regreso a casa y me había dejado sin nada. Vació como una caja de zapatos.

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