viernes, 6 de noviembre de 2009

Terapia: fobia al Vals

Cuatro tipos de aspectos disímiles armaban una media luna en torno a otro de anteojos pesados que, llevaba en su cabeza la metáfora más literal del paso del tiempo, el viejo estaba pelado. No tenia ni sombra de pelos en el cuero cabelludo, incluso si lo mirabas de costado se dejaba ver algunos intentos poco exitosos de injerto de pelo. El lo negaba abiertamente “ no no” decía; “Es una cicatriz de primera infancia”. Todos sabían que no. Era evidente que los pelos se encontraban en otro lugar. Las cejas. Era una población semejante a la de algún país asiático, llámese China o Japón.
El tipo pelado de anteojos gruesos y súper población cejal era una especie de psicoanalista, psiquiatra u ambas juntas. Nunca supe bien.

Los cuatro tipos presentes tenían en común un problemita. Fobia. Fobia al vals. Los cuatros se horrorizaban de la situación de bailar el vals. “ Esa ronda todos de la mano y dos boludos en el medio bailando un horrible ritmo” supo definirlo en algún momento el viejo Rogelio, uno de los presentes. Un viejo de 70 años que, haciendo un estudio genealógico y teniendo en cuenta su edad era poco probable que tenga oportunidad de bailar otro vals, pero no era así. El viejo Rogelio tenia una manía de antaño. Se colaba a los cumpleaños de 15 y si tenia alguna copita de mas, se mandaba a cualquier casamiento sin el más mínimo pudor. Pero Rogelio no era un tipo a las apuradas, estudiaba su victimas meticulosamente, no era casual que se lo viera ocupando el lugar del “abuelo” de la cumpleañera. Aparecía con historias increíbles. Su capacidad oratoria lo llevaban a posar en la foto de la familia. El problema se presentó cuando apareció haciendo de esposo en las fotos de las hermanas Gonzáles, flor de quilombo se armó. Las hermanas dejaron de hablarse y el viejo tuvo que guardarse un tiempo. Su mujer se había enterado. Al parecer, él nunca lo dijo, ni siquiera al analista, que ella le pegaba. Así es che, la vieja lo golpeaba salvajemente cada vez que se mandaba una macana de ese tipo. El viejo odiaba bailar el vals, le tenia fobia y sin embargo lo repetía y lo repetía.

¿Cómo me explica Ud que le tema bailar el vals pero se meta en cumpleaños sin vacilar?

No se doc, es una manía, no pienso en eso. Cuando llego al medio de la ronda a bailar con mi nieta de turno se me paraliza todo. Buee casi todo, en especial las piernas, quedo duro como una maceta y quiero salir corriendo. Alcanzó a decir el viejo mientras lo recuerdos lo abrumaban mezquinándole la voz.

De los cuatro, Iván era el mas pequeño. Media 1,55 si a esto le agregamos su agudo timbre de voz generaba impresión a cualquiera. Sobre todo verlo bailar el vals. Su analista se preguntó en silencio, qué sería mas fóbico, si su problema o verlo bailar. Pero rápidamente sacó esos pensamientos y con una seriedad sarcástica lo miraba. Sabía la respuesta.
Seguramente verlo bailando con una Austriaca de 185 seria una elegante fuente de satisfacción, ajena.
justamente ésta era la razón de su estadía analítica. Había conocido hacia un tiempo a una Austriaca de 1,85 y se estaban por casar.

Todo venia bárbaro, estaba feliz. Pero cuando empezamos a organizar la boda me vi en una situación embarazosa, el vals. Imagínese doctor, yo mido 1,55,. Ella 1,85, y si le sumamos los tacos, 190.

La verdad que me cuesta imaginarlo, sobre todo a Ud. ironizó el doctor.

Me esta cargando. gruñó el chaval

No no, cómo dice. Digo que, no es lo mejor que le puede pasar; pero en tiempo de tanta modernidad podría suspender el momento del vals y listo.¿ No le parece?

No doc, no me parece, si supiera algo de historia de la música sabría que el vals es oriundo de Austria y si me diera bola cuando hablo sabría que ella es de procedencia austriaca. No sólo vamos a bailar el vals como ritual sino que la música será 100% vals.

A la pelota. Hasta las pelotas. Bueno Ud es joven, por qué no espera unos años, crece un poco y a la mierda, problema solucionado.

Lo pensé. Pero hay dos problemas, el primero es que ella tiene 19 y seguirá creciendo. el otro es que si crezco tengo que cambiar todo el ropero. Sabe la pilcha que tengo doc. No podría dejar ese jardinero que viene de generación en generación.

Ud lo ha dicho. Se da cuenta, es mas fácil cambiar su futura mujer que armar un ropero nuevo con todo lo que eso implica.

El enano lo miró esperando que se ría, pero no. el viejo había hecho su intervención y el tenia que desembolsar 200 por sesión.

Los otros dos venían juntos, eran pareja y también se estaban por casar, y el problema era quién ponía la mano en la cintura y quién en el hombro. Era vital desentrañar ese aspecto. El que ponía en la cintura era el macho, el machote, el que ponía su mano en el hombro era la hembra. Las discusión entre ellos era interminable, nunca llegaban a un arreglo. Los dos querían poner la mano en el hombro.

Podrían bailar el famoso “lento tímido” -dijo el doctor- los dos con las manos en los hombres del otro y ya esta.

Pero no! el problema era una lucha de poder, ninguno quería jugar de hombre, por varias razones, primero porque el hombre tenia que lavar el auto y hacer el asado de los domingos.
El doctor pensó en proponerle sacar el vals, pero entendió que eso era una metáfora y el problema era otro, mas profundo.

Luego de un silencio el sabiendo dijo lo siguiente para dar por concluida la sesión.
Ud Rogelio déjese de romper las pelotas con las coladas a los bailes y hágale caso a su mujer en todo lo que dice sino la vieja esa lo va a matar a palos.
Con respecto a Ud pequeño, deje a esa austriaca, y se lo digo porque si tiene un hijo con ella la generación que viene tomando ese jardinero llegará hasta usted. Imagínese si el chico sale a la madre, el jardinero lo usará antes de comenzar a caminar.
En relación a ustedes dos tortolitos su problema es mas complejo y no tengo idea que voy puedo hacer por ustedes, así que les voy a pedir que no vengan mas, y que se dejen de tocar de esa manera salvaje que soy bastante homofóbico.
Los veo la semana que viene.

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