domingo, 30 de agosto de 2009

De Rolando Pardo a quien corresponda.


Carta abierta a quien corresponda


Después de que mi vecinos de piso rieran como hienas durante dos días seguidos. Y a ultranza de meses de investigación sobre el uso y abuso de la alegría por parte de la sociedad. He decido empezar estas líneas a fin de que se tome conciencia sobre dicha problemática.
Primeramente a aquellos ignorantes sobre la materia diré lo siguiente; la alegría es un recurso no renovable y por la tanto su uso deberá estar reglamentado. Al mismo tiempo que debería estar mas equilibrado. No es mi intención instaurar un manifiesto comunista sobre la alegría. No sabría como. Lo que si sostengo es que, no siempre seamos los mismos los que nos perdemos de su grata presencia.
Hace dos años que no río y mis vecinos hace dos años que no paran de reír. Esto no es justo. No es cuestión de andar con ese libertinaje jubiloso. Como si fuera solo reír y reír.
Parar ir finalizando digo que, se tomen medidas por parte de los responsables. Al menos para subir el umbral de la alegría.
Los que hacen reír a los que ríen poco que reparen sus esfuerzos. Y esos que viven del regocijo de oferta; que paren un poco. QUE PAREN!!!!
Propongo humildemente que se abra un ministerio para repartir equitativamente dicho momentos de felicidad con el fin de equilibrar este desequilibrio. Me interesante sobradamente que sea un lugar fijo porque esto de andar buscando alegrías por ahí no es nada fácil. Sobre todo por mi problema de artrosis.

A la espera de una pronta respuesta.

Mis más tristes saludos

Rolando Pardo.


Mi querido Rolando Pardo

He leído su comunicado que fue presentado ante las autoridades, las cuales han estado de acuerdo conmigo en presentarlo públicamente.
Y debo confesarle que todos hemos reído despanzados sin el mas retoño de culpa.
Inicialmente le diré que la alegría no es un recurso no renovable, de lo contrario ya se hubiera extinguido. Y le digo esto porque si supiera lo que reía y gozaba mi tía Lorena no existiría en la faz de la tierra sonrisa alguna. Siguiendo con sus reclamos pasaré a informarle que las autoridades se encuentran debatiendo el presupuesto a la educación. Usted sabrá lo complicado del tema. Como si esto fuera poco las demandas de la ciudad son muchas mas importantes que seguir sus locuras. Sabiendo que usted consume esos té. Vaya a saber con que clase de consecuencias psíquicas.
Y esto lo sé porque tengo una fuente muy importante que me ha contado que cada dos o tres días usted se cree un superhéroe y anda tratando de salvar gente que nadie ve.

Con respectos a sus saludos deja mucho que desear.

Muy atte.
Al que le corresponde.


A quien corresponda

Mi querido amigo anónimo. Primeramente todavía no puedo precisar. Quizás usted pueda ayudarme a saber, que es más trágico (o cómico). Si alguien que se cree superhéroe (a veces lo soy) o alguien que firma “al que corresponde”. .
Volviendo al tema de la alegría y articulando con su firma diré que usted tiene muchas menos razones para sonreír con ese nombre al que imagino es un seudónimo. Al tiempo espero que me de su nombre de pila a fin de terminar esta risa que me ha desatado su ridícula firma. Sin embargo debo agradecerle porque no reía así desde mi primer encuentro sexual.

Me despido sin más.
Con la salvedad que en esta ocasión los saludos son mucho mas alegres, gracias a usted.

Rolando Pardo.


Rolando Pardo

Señor Rolando no ve nada de gracioso en mi nombre. Al fin y al cabo no fue decisión mía. Algunos ilustrados dicen que lo primero que marca el destino de un hombre es su nombre. Y le confieso que soy una persona muy querida por todos. Ya que recibo alrededor de 50 a 100 cartas diarias. No sin pasar por alto que ninguna de ellas del calibre de las suyas. Válgame, esto no es un cumplido.
No veo porque mi nombre tenga que ser usado para fomentar el humor. En especial por lo que usted escribió en su primera carta a mi destino. O acaso se olvida que en ella pedía casi de rodillas que la gente sonría menos y que el umbral del humor sea otro.
Hay algo que me gustaría discutir y tiene relación con su primera carta. De donde carajo saco que la alegría no es un recurso no renovable. Después de días de leer bibliografía sobre el asunto no hallo manera de la relacionarla con esa hipótesis que usted planta. Me gustaría que me diera alguna razón para no tacharlo de loco.

Cordialmente y con mucho orgullo.

Al que le corresponde.


A quien corresponda

Mi querido amigo, si me permite el eufemismo. Debo agradecerle. Eventualmente porque la confirmación de su nombre no ha hecho más que llenarme de estrepitosas risas al borde del llanto. También agradecerle en nombre de lo que reímos poco. Pertenezco a una asociación que se junta una o dos veces por semana (a veces mas según lo demanda el estado anímico) con el fin discutir sobre la alegría. Esta agrupación lleva por nombre “¿nosotros cuando reímos?” (NCR)
Éstos desde que han leído su carta con su nombre no han parado de reír y hace dos semanas que la misma está de asueto porque la alegría nos ha imposibilitado seguir con nuestros trabajos. ¿Usted entenderá no?
Con respecto a nuestra tesis, casi doctoral diría yo. Lo invito a que se una a nuestra agrupación, esto será cuando la alegría que usted nos ha permitido, cese.
Sin más nada que agregar en especial por lo difícil que se me hace escribir en esta convulsión de alegría. Porque al fin y al cabo para que escribe uno si es feliz.
Placidez que al mismo tiempo esta generándome algún tipo de preocupación ya que, la alegría en estos términos me asustan un poco.

Abrazos calidos.

Rolando Pardo.


Rolando Pardo.

Mi estimado. La alegría que noto en sus palabras no hace más que confirmar mi teoría sobre su paupérrimo estado de salud mental. El cual pareciera bastante conflictivo y con pobres auges para el futuro. Pero eso ya no es un tema que me corresponda analizar a mí. Al menos gratuitamente. Si necesita alguna ayuda psicológica podré empaparlo de buenos colegas que sabrán que hacer. Ya que, la relación que nos une por mas disparatada que sea atenta contra la siempre tan sublime, ética profesional.
Me olvida, con respecto a que me una en esos encuentros seudo-científicos. Debo decir casi catedráticamente NO!
No habría posibilidad alguna al menos en esta vida. (Quizás en otra si) que yo forme parte de montón de renegados... Por el simple motivo que no me simpatizan.
Antes de concluir haré un paréntesis sobre sus saludos de despedida que si usted es tan amable; podría corroborar. Estos han cambiando paulatinamente, engordando en afecto.
Por lo cual prefería que nuestra discusión quede concluida. Francamente tengo algunos temores de lo que diga su próxima carta.

Mi condolencias y añorando una pronta recuperación.

Al que le corresponde


A quien corresponda

Elegante amigo. Me urge la necesidad de decir que el finalizar nuestra relación tan abruptamente con lo interesante que parecía; no ha hecho mas que volver mi estado anímico al de mi primer escrito. Con lo cual nuestra asociación ha vuelto a juntarse diariamente. Esto me ha entristecido garrafalmente. Sin embargo, debo manifestar que se ha sumado a nuestro selecto grupo una bellísima mujer que ha capturado mi amor de manera salvaje. Y a juzgar por su apellido y la descripción de su padre estaría en condiciones de decir que cualquier domingo estaremos almorzando en su casa o en la mía.
Privándome de emitir cálidas despedidas.
Atte.
Rolando pardo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rolando Pardo: me ha hecho reir mucho con sus respuestas. Anónimo: La alegría a veces es sólo brasilera.
Fabri: gracias por éste cuento, me gustom me pareció ocurrrente y me hizo reir mucho. Espero nuevas entregas.
Santiago Ramos.

Anónimo dijo...

Me pareció muy bueno el cuento, y por "suerte" todavia no estoy en condiciones de unirme al NCR.
Uno de los motivos de esa "suerte" es este cuento. Abrazo
Martin

Publicar un comentario