miércoles, 26 de agosto de 2009

La cofradía de los ladrones perversos

Esta hermandad tiene sus orígenes a finales de los 90. Un selecto grupo de la clase social mas pudientes de la cuidad. Se juntan en el sótano del difunto y pionero de esta vanguardia. Don Roque. Este conjunto de ricachones planea los más perversos robos sin ningún tipo de necesidad más que sasear su violencia y el vacío que les dejaban sus mujeres. Todos habían sido abandonados en el auge del divorcio “fifty-fifty”.

Las sustracciones debían ser insignificantes en la misma medida que la pérdida debía generar un malestar a gran escala. Los domingos cuando el sol comienza a esconderse en la oscuridad las luces del sótano se abren como un paraguas. Allí cobran vida las aventuras más retorcidas de la delincuencia elitista.

Para llegar al sótano uno debe dar la vuelta a la casa de Don Roque que era justamente la segunda casa de la derecha. Siempre y cuando uno entre por su puerta principal.
Entras al country. Segunda casa a la derecha. Da la vuelta por la misma. Y allí en el suelo una puerta de madera con candado.

La mujer de Don Roque siempre renegaba de ese candado.

- Me querés explicar para que coño esta ese candado. Rugía la esbelta mujer.
- Pues para que no entren. Refutaba el viejo con aíres sarcásticos.
- ¿Tú eres sordo no? ¿Además de curnudo eres sordo? No te das cuenta el ruido que hace esa puerta cuando la abrís.
- Pues no! Dijo el aunque una palabra le había quedado dando vueltas. Cornudo!
- “Pues no” (burla) todo el barrio se entera cuando esa puerta se abre Roqueeee! Todos menos tu. Todos menos tu. Repetía como loro mientras se marchaba terminando arbitrariamente la discusión.



Era verdad. Esa puerta hacia un ruido insufrible. Era una bocina en ayunas.Don Julio quien era el casero de la familia afirmó que esa fue la última vez que la vio a ella… con él. Cada tanto la veía en el hotel de Bv. Alcorta y Rivadavia con menos ropa y mas predispuesta. Pero esa es otra historia.

La hermandad decidió en honor al viejo Roque mantener el candado, pero con la condición de aceitar las bisagras. Los gestos de honor no se limitaban a aceitar dicha gozne. Cuando uno llegaba al último escalón y levantaba la vista, allá en el fondo señalado por una luz que no lo dejaba nunca estaba un retrato de Don roque. Referente fundador y animador de todo este circo viciado por la crueldad.
Don roque era un ladrón elegante. Distinguido y fino como un hilo.
“A medias” bautizado por él. Fue uno de sus rodeos mas recordados y que forman parte de la mitología de la casa. Roque entraba a la casa de sus victimas de madrugada y robaba todas las medias. Pero no robaba el par. Robaba solo una media por par. Generando no solo el fastidio de perder la mitad de algo que no es nada sin su otra parte. También el tiempo que implica la búsqueda. Los más obsesivos pasaban días enteros en cesar su dicha búsqueda.

El único que podía hacer frente a tanta genialidad era El “gringo” Brumin. Un morocho de 1.80 que tenía los dedos anchos como su nariz pero de una agilidad soberbia. El gringo quien fuera el heredero de la cofradía solía robar los cordones de los zapatos y los cierres de los pantalones. Pero la tecnología le trajo más de un dolor de cabeza. Pronto aparecieron el calzado sin cordones y pantalones con botones. Brumin era un tipo que nunca se abatía ante la adversidad; encontró en su soledad otra genialidad. Robaba los libritos de los discos de música. La magnitud de esta obra llegó a los periódicos locales y regionales. Todos ellos rendidos ante tanta crueldad.
Pero la tecnología volvió a vestirse de burla griega. La piratería liquidó la venta de discos originales y así el semblante del gringo; quien después de este fracaso dejó la cofradía. Según se comenta en los pasillos comenzó una carrera de grado relacionada con las nuevas tecnologías.

Este hecho dejó acéfalo la organización por lo cual debían revalidar ese puesto y no había otra forma que no sea con hechos. Valgase con robos.
La anarquía trajo algunas confrontaciones que casi siempre se definían en un emocionante “piedra, papel, tijera”. La contienda era al mejor de tres. Pero como estos siempre querían ser originales el que ganaba perdía. O sea uno debía perder para ganar. El pobre Ernesto casi siempre perdía tenía solo dos dedos. Con esto solo podía hacer “tijera”. No perdía siempre; a veces se avivaba y usaba la otra mano.

La organización seguía sin rumbo firme. Al poco tiempo se abrió una nueva corriente que se quería diferenciar de la primera, en la parte metodológica. Este grupo al mando del “Bigotón” Rosada quería diferenciarse del sector más ortodoxo.El bigotón era un tipo rudo. Se la bancaba. En el barrio decíamos un tipo de pocas palabras. Pocas palabras juntas. Decía entre dos o tres palabras por minuto. Sus más allegados sostienen que era tartamudo. Cuando era chico vio a sus padres en el acto del placer. Pero esta versión nunca se verificó.
La política de esta banda sostenía el acto malvado pero sin él hurto. Añadiendo lo que llamaron el”acto sorpresa”. Por ejemplo cambiaban de lugar las puertas y los decorados. Uno abría la puerta de su pieza y aparecía la vecina desnuda. Esto podía ser bueno si la vecina no era la Don Martín que tenía 70 años. A veces uno abría la puerta y había otra puerta y otra puerta y luego se encontraba incrédulo frente una pared. A veces la puerta del baño te llevaba a la cocina. Esto enloqueció a más de uno y llegó a los periódicos nacionales. Más de uno terminó abrazado a unos chalecos blancos.

A pesar de las diferencias las dos corrientes de pensamientos siguieron conviviendo y disfrutando de cada domingo, compartiendo sus atrocidades. Salvo el gallego Heredia. Un frustrado en la materia que nunca pudo impresionar a nadie con sus hurtos. Se comenta por ahí. Casi en silenció. Que ahora escribe cuentos develando los más oscuros secretos de la cofradía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como te dije, elegante metáfora de comunes mañas y miserias.
y como dice Neruda:...Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras.

Ale.-

Anónimo dijo...

como te dije, esos pantalones le quedan grande pero las miserias siempre están no?
gracias por lo constructivo en tiempos destructivos!
Que bueno lo de neruda, yo me había quedado con sus " puedo escribir los versos..."!
fa.-

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