lunes, 21 de septiembre de 2009

Ensayo de domingo por la tarde... una mierda

El domingo es un día de mierda. Y no me vengan con buenos y elegantes discursos sobre el domingo. Blasfemias! Es una mierda. Salvo para los melancólicos que se hacen unas fiestas tremendas. Tango, en el mejor de los casos. Cigarrillos y una tormenta de recuerdos que azotan debajo de la muela. Bueno tango no se. Antes. Ahora no se qué se escuchará. Portishead Radiohead. Etc.
No quiero irme de tema. El domingo. Lo que hagan los melancólicos para refutar mi teoría es asunto de ellos.
Lo que yo digo es que, el domingo es una mierda. Y lo que intento en este ensayo es entenderlo y explicarlo de la manera mas lógica posible. Me pregunto por qué carajo el único día que el mundo para, es una mierda.
La abuela de Mateo se ponía tan feliz cuando algo se paraba, sobre todo si eso que se paraba era propiedad don Fermín. Su marido. Que picara esa vieja. Bueno pero para. No, no pares. Basta! Cambiemos de termino. “Parar” desde ahora será. Detener. Suspender. Estancar o cualquier sinónimo. ¿Claro?.

Daré a continuación no sin su marco teórico pertinente, variaciones sobre el domingo por la tarde. A fin de demostrar sin demasiado decoro ni habladurías que el domingo es una mierda. Sobre todo por la tarde.


Teoría positivista.


Los positivistas. Colegiados franceses por excelencia. Suponen una teoría positivista de los domingos. Por positivista y para no entrar en detalles extensos. Diré: positivo. Buena onda. Simpático. “tudu bem”. Joya. Excelente. O cualquier concepto que se identifique con algo…positivo.
Éstos teóricos del domingo tiene su raíces como dije; en la escuela francesa. La única escuela que había en ese siglo, por lo tanto todo lo que se decía allí, era verdad. Digamos la única verdad. La verdad verdadera. En aquella época los domingos era el día de reunión donde se discutían temas que iban desde la religión hasta la muerte pasando siempre, sin excepción. Por la interminable discusión si el equipo nacional debía jugar con línea de tres o línea de cuatro en la defensa. Siempre concluían siguiendo esa metodología positivita jugar con siete. Tres mas cuatro: siete. Buena onda!

Entre tantas cosas que se batallaron en esa cuna de genuinos genios fue la religión. Esta se refutó por no ser empírimcamente contrastable. Y fue allí cuando comenzó a impugnarse la idea de que otras vidas después de la muerte eran posibles. Con lo cual se generó una línea de pensamiento paradójicamente “nihilista”. Esto que era verdad( sin discusión alguna) atrajo la angustia a todos en la comunidad. Pero como de lunes a sábado eran jornadas laborales interminables. Solo había tiempo de pensarlo y sufrirlo el domingo. Digamos, por la tarde.

Esto me da pie y mano para decir que éstos viejos forros no hicieron mas que, relación el domingo con el fin de la vida y la angustia. Dando así por sentado que la vida es una mierda. La angustia del fin se relega de lunes a sábado para venir con todos los soldados el día domingo. Estos soldado si que dan batalla ¿no?.

Aquí ante ustedes el primer agasajo a mi hipótesis. El domingo es una mierda. Por la tarde mucho más. (el desarrollo del estudio generará algunas modificaciones)



Teoría hermenéutica

Estos muchachos de la hermenéutica nacen antaño por allá… ¡por allá!.
Esta forma de ver el mundo quedó relegada en el pasado. Donde tendría que haber quedado hasta que un tal, Schleiermacher, después de ser abandonado por su mujer un domingo… por la tarde.. se encontró con unos libros de dicho conocimiento. Motivado por su soledad comenzó a redefinir su concepción. Básicamente éste y sus secuaces. Llámese Gadamer, Ricuore etc.; se hacen llamar los “artistas de la interpretación”. Unos delirantes. Pero esto no es todo porque entre sus interés esta el lenguaje. Incluido en él está el domingo.
Aquí yace el problema. Nuestro problema. Éstos aturdidos ante la incertidumbre de los domingos por al tarde. Comenzaron una investigación sobre el ultimo día de la semana (o el primero). La misma los llevo de la mano de la teología a …. ningún lugar.

Luego de varios días de silenciosa búsqueda y ante resultado cada vez mas paupérrimos don Fredich se iluminó…
- claro camaradas. Ya está. El domingo por al tarde. ¿Qué se no ha ocurrido sobre el domingo por tarde?
- Nada. contesto Gadamer mientras se rascaba la oreja.
- Eso es mi querido colega. Nada. El domingo por la tarde es la nada. Mientras llevaba su pipa a la boca con aires de Dios.

Y cuanta razón. Hay una diferencia etimológica y conceptual sobre la nada y la mierda. Sobre todo en su perfume. Pero pensemos… sentir la nada es una mierda.

He aquí otro de los guiños que, la epistemología del saber, ha trazado sobre mi ensayo.
Comenzamos con algo recurrente a posteriori. El concepto triádico. En este caso. Domingo-nada-mierda.


Teóricos ilustrativos


Éstos sabiondos comenzaron haciendo horrendos dibujos de mujeres desnudas. nunca dieron cuanta que las mujeres eran espantosas.
La ilustración nace en primera medida gracias a un lápiz, una papel y un tipo desocupado. ¿Dónde podía ser esto?. En Francia. Los ilustrados cuando dieron cuanta de su poca capacidad para bocetear abordaron la criticar al arte desde el lugar mas elitista de la aristocracia del primer mundo. Y creían que la razón era necesaria para hacerle frente a la ignorancia.. que a la vista de los resultados ganó por goleada… La ignorancia. Obvio.
Su principal fundamento era la sabiduría. Éstos de la mano de Spinoza y el Panteísmo tenían una fuerte reverencia a Dios. Que dios era todo. De ahí la famosa y celebra frase.Invocada sobre todo en nuestros días “Por Dios” .
Así es que, por Dios creían estos ilustrados.
En el movimiento habían algunos con visiones mercantilistas que dieron forma a una religión. En un nuevo concepto triádico, monopólico- rentable. “Dios-Religión-diezmo”. Para “ofrecer” el diezmo hay que trabajar mucho. Es aquí donde el domingo por la tarde hace su aparición. En el templo.
Hay que ir a misa a escuchar a un tipo, con mal aliento que canta horrible y al final de la festividad pide el “tributo”. Ese que, con esfuerzo se gana de lunes a sábado.
Hay alguna duda que ésto ilustra magníficamente que el domingo es una mierda….


Para concluir mi ensayo. Digno de elegantes criticas. Supongo.
Daré ahora a partir de la teoría romántica. La cual se contrapone de forma rabiosa contra la ilustración, pero no deja de darle monedas a mi ensayo.


Teoría romántica

Los románticos. Eran un grupito de la vieja Alemania del siglo VXII. Unos ilusos. Se enamoraban de sus profesoras de piano. Se escribian cartas de amor a ellos mismos. Incluso se enamoran genuinamente de las mariposas; el amor les duraba un día; hasta que la muerte los separaba; literalmente.
Tenían siempre frases del tipo “ tu mamá debe ser pastelera…..” “ me gustaría ser tu secador de pelos…” etc. Creían que el amor les daba de comer. los vestía.
Con tiempo y con mas experiencia (sobre todo cuando los padres dejaron de suministrar materia económica) dieron cuanta que no se podía vivir del amor y casi todos envueltos en historias imposibles comenzaron a idear una teoría que se basaba en los sentimientos. Rendían culto la naturaleza. Eran devotos de “san” Román y el fútbol elegante. Acá esta la clave. Y la ya gloriosa concepción triádica “Domingo- fútbol-mierda.”

Antes de empezar este ensayo lo único que calmaba un poco lo feo del domingo era el fútbol. El fútbol elegante. El buen toque. Dos pases cortos y uno largo. El prestigioso “tres dedos”. La gambeta endiablada de los extremos. La potencia de centrofoward. La proyección de los laterales. La refinada postura del volante central etc.

Lisa y llanamente. Concluyo que, un domingo por la tarde por mas despilfarro libidianal que haya. Por mas melancólico que se pueda ser …si no hay fútbol elegante…. está condenado a ser una mierda.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El fracaso de las letras

El segundo viernes de cada mes. Tiene lugar. En la casa de Armando, una reunión que congrega a los escritos fracasados; vale decir, exitosamente fracasados. Tener una butaca en tan distinguido lugar no es cosa sencilla. En absoluto. Mas de un best-seller a frustrado su mejor disparo. Para eso, está el comité que regula dicha permeabilidad. El mismo está integrado por el propio Armando; Raúl un ajustador de cuentos y el malvado Ramiro, un cincuentón que se ha pasado su vida sin poder escribir un sola quimera. Éstos tres hombres se embarcan en una minuciosa investigación de cada postulante. Y a pesar que hay alrededor de 100 y 200 postulaciones por mes, sólo se coronan 2 o 3 por años. Una de las principales restricciones a dicho acceso se debe a la falta de silla en la casa de Armando. Sólo cuenta con seis sillas, tres banqueteas y un silloncito de dos cuerpos; sillón que cuando están todos debe albergar seis personas; sin duda las pulposidades de Doña Carmen son las que mas sufre el pobre trono.

El último en integrarse en la secta fue Roberto “tito” Berto. Un verdadero fracasado de las letras. No hubo discusión alguna entre los tres letrados cuando se encontraron con su currículo… estaba totalmente en blanco, sin una sola palabra. Sólo había una foto recortada que a juzgar por su sonrisa; debió ser amputada de alguno de sus cumpleaños; por qué una sonrisa de magnánima bobería es solo visible cuando un conjunto de personas seudo-conocidas canta al compás de la armonía del “payaso plin plin”, el tristemente celebre “que los cumpla feliz.. que los cumpla feliz…..”. Anexado a tan cómica imagen había un casette TDK de 90 minutos.En él se podía escuchar…

-Hola. Soy Roberto “tito” Berto…. Preferiría una entrevista personal; todavía no aprendí las reglas gramaticales.

Después de que esto se hizo conocido por todos; “titito” como le pusieron los eruditos de la pluma, fue bienvenido con honores.

-Este muchacho estaba en el lugar indicando en el momento justo. Supo decir el director.

Armando el director de movimiento. Un tipo de soberbia elegancia para juntar palabras sin sentido. Siempre rígido acorde a sus pantalones grises con raya al medio y mocasines con cordones.
Entre sus obras mas conocidas y que le valió inimaginables premios, está su autobiografía titulada “mis memorias”. Los premios no llegaron hasta un años más tarde mientras el educado leía sus memorias y concluyó después de 300 lecturas que no se había incluido en ella. Ni lerdo ni perezoso el viejo hizo un cambio que hace la diferencia entre los que saben y los que no…re-titulo “ mis memorias… sin mi” en una elegante edición de bolsillo. Esta genialidad lo llevó a la canónica y conocida “los 100 libros que Ud nunca debería leer”, ubicado con decoros en el tercer lugar. No era para menos. Armando contaba con una biblioteca con tres libros. Uno de pintura bajo el titulo “ para colorear” y un sub-titulo que decía; entre “2 y 3 años”. El viejo tardó un año en pintarlo. Un genio. Otro libro de auto-ayuda reconocido, “soy un fracaso pero feliz” y el tercero y mas importante, “títulos de los mejores libros de la historia” con una elegante bajada “sepa de literatura sin leer un solo libro”.

La jeraquización seguía su rumbo sin la relevancia del viejo Armando pero dignas de mencionar. Aparece otro de los referentes, Leopoldo Grunge, éste siempre distinguido, por su paupérrima prosa. No era nada mas y nada menos que un doctor en letras. Un diagnosticador de lujo para la agrupación. Curaba las letras de manera soberbia. Salvo las cinco vocales que se le habían muerto las consonantes las mantenía con una salud envidiable para su edad. Ante tal imposibilidad escribía en un idioma que el invitó y pesar del esfuerzo que hizo para popularizarlo, nadie pudo traducir una sola palabra.
El malvado Ramiro, el cincuentón. Era un tipo económico, hacia 35 años que tenía el mismo cuaderno de anotaciones, salvo su nombre y apellido; DNI, grupo sanguíneo y número de cuil no había escrito una sola palabra. Ante la burla de sus colegas refutaba:

- Me estoy preparando para la ocasión que llegue el cuento de mi vida.

A lo que la siempre la tan ácida Doña Carmen contestaba:

- Apúrate querido, porque si seguís así, en el mejor de los casos se lo vas a contar a San Pedro...

Ramiro se reía sin demasiado credulidad y no decía demasiado, aunque cada tanto le prendía una vela a la virgen de la contingencia para que le traiga algún buen relato. Lo que no cabe duda que tal persistencia y dedicación lo han llevado al pedestal del siempre tan aristocrático fracaso.
El mes pasado en una eterna charla con Armando, éste le dijo:

- Ramiro, lo que usted necesita para escribir es vivir, viva hombre deje de pasar 24 hs frente de un papel en blanco. Ud esta en blanco. ¿ entiende? Viva y escriba. Sentencio con voz de todopoderoso.

Las reuniones de lo viernes son de una intensidad abrumadora. Las discusiones epistemológicas y filosóficas acarician la vanguardia. Hay una discusión que separa a los eruditos en dos aguas. La flor! ¿ Con o sin flor?. A veces esto no termina de manera poco protocolar. Están los oriundos de la cuidad del vino que defiende con sangre la flor.

-El truco se juega con flor, caballeros. Gruñe cada tan!to Doña Carmen.

-Que decís Carmencita; la flor al jardín, acá se juega sin flor y no se discute. Es la frase que le pone fin a toda discusión; siempre posándose en los labios de Ramiro.

Otra de las discusiones que forja diferencias es el poker. ¿Con porotos o lentejas?. La discusión no tiene fin. Parece que algunos vienen con lentejas en el bolsillo y cuando hay que repartir hay mas porotos que plata.

- No nos robemos entre nosotros muchachos. Se escucha dos por tres de la boca de Armando.

Pero sin duda lo que pone a todos enérgicos es cuando la discusión se traslada al fútbol. Salvo Doña Carmen, lo demás antes de frustrarse en las letras se frustraron en el potrero. La discusión siempre termina igual. Alfredo uno de la vieja vanguardia de las letras termina contando su exquisito relato que cuanta su único gol en el potrero. Todos dudan de la veracidad de ese acontecimientos, lo único que no tiene dudas es que fue un golazo.-